miércoles, 5 de junio de 2013

A MODO DE DESPEDIDA (Reflexiones de una alumna que acaba)


(Por Sara Jara,
alumna de 2º Bachillerato)

Da pena el final. A pesar de que ha sido un curso nefasto en el ámbito académico (y lo digo abiertamente), da pena. Es una pena extraña porque, algunos hemos conseguido lo que deseábamos. 

Ahora que todo acaba, quiero resaltar que no sólo está la enseñanza para aprender simples asignaturas, sino que aprender es mucho más que eso. Particularmente, he creado amistades que me han hecho vivir momentos de esos que no se olvidan. No sólo hablo de los compañeros de clase, no. 

Hay que comprender que entre la distancia de la mesa de un alumno a la de un profesor hay un espacio que, a veces, merece la pena traspasar. Lejos de lo que algunos piensen, un profesor es una persona que se deja la voz para formarte y brindarte lo que un día él aprendió. Siempre me ha causado tristeza que haya alumnos que sólo sepan escuchar a los profesores cuando tienen un mal día, porque, hay otras que, en cambio, no tienen precio. No creo que existan sólo alumnos ‘malos’, también existen profesores malos, y es cierto que a veces estas clases a las que me refiero escasean. Aún así pienso que el papel que desempeña un profesor es mucho más complicado que el de los alumnos. 

En fin, ahora que todo acaba, lo que más destaco de mi paso por el centro es la experiencia del proyecto personas-libro. Esto es lo que realmente echaré de menos, pues se aprende de verdad. Miento si digo que ha sido increíble, porque es mucho más. Siento no poder explicarlo, pero no es fácil describirlo. Queridos lectores, esto es para vivirlo. Os invito a que forméis parte del proyecto si queréis saber de qué os hablo y luego, comprenderéis lo que no puedo describir. ¡Ojalá pueda repetirlo algún día!

Para acabar, doy las gracias a todo el profesorado que me ha dado clases, incluso a los que ya no están en el centro. Gracias a todos mis compañeros, en especial a Josué, Carlos, Jesús, Ara, Marina y Yasmina (ellos saben el porqué). También a las personas-libro y a los profesores que han llevado a cabo el proyecto. 

Especialmente quiero agradecer de nuevo la labor de Antonio Martín por lo que hace. Para mí es un maestro que imparte clases de esas que os he hablado y porque es una persona que… ¡qué gran persona! También difícil de describir. Gracias por traer solamente bien al centro desde el día que llegaste. 

En fin, no creo que sea la única que para referirse a ``maestría’’ diga ``mi segunda casa’’, un lugar donde hemos pasado mucho tiempo. Es en la pena del final y en la alegría de un nuevo comienzo, cuando quiero hacer este balance: me quedo con lo bueno de todo lo vivido en el centro, y eso es lo que me llevo para siempre.

2 comentarios:

  1. yo opino lo mismo ya que hemos pasados muy buenos momentos y solo cuando te va sabes lo que se siente y te das cuentas de que los profesores llevaban razón cuando te reñía era por tu bien.
    C.M.G.M

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  2. Me encanta la entrada que ha hecho esta alumna de bachillerato que este año se despide del centro y deja en este blog todos sus pensamientos sobre el centro, los maestros, compañeros... Estoy con ella en que no todos las clases no son iguales porque no lo son cada maestro tiene su forma de ser igual que el alumno.Te felicito por esta entrada.

    EMILIO.

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